Una vez clausurada la exposición
Fumacine en el Centro Cultural "El Foco", pensamos que sería una más que estupenda idea llevarla hasta la Escuela de Arte Mateo Inurria, lugar donde todos los integrantes del grupo estudiamos y desde donde entablamos una relación personal y profesional lo suficientemente estrecha para formarnos como grupo.
Dicho esto, David y yo fuimos a hablar con el director de la escuela, teniendo algunas dificultades para encontrarle allí y que estuviese, dicho sea de paso, dispuesto a vernos. Una vez que conseguimos hablar con él, le dejamos el dossier y un número de contacto para que, pasado un tiempo prudencial en el que pudieran ver las obras y tomar una decisión al respecto, contactaran con nosotros. Le explicamos los antecedentes del grupo, y expresamos nuestra ilusión acerca de lo mucho que nos gustaría exponer allí. Sin mucho interés por su parte, se quedó con el dossier y quedó en llamarnos pasados dos semanas.
Un mes después, y sin tener noticia alguna por parte del diretor ni de nadie responsable del tema de las exposiciones, David fue a recoger el dossier (que ni siquiera habían visto), y a hablar con Clemenson (el ya mencionado director). La respuesta fue vaga en la forma, pero el fondo estaba claro:
no tenían ningún interés en Fumacine.
Queremos decir que esta negativa y dejadez en cuanto a la respuesta es algo que nos ha entristecido y enfadado a partes iguales. Pensamos que la escuela debería dar más facilidades a los alumnos interesados en exponer en la sala habilitada a tal efecto, ya que consideramos que es una manera de promover y mostrar lo que allí se hace. Las exposiciones de artistas conocidos es algo que está muy bien, pero tener en cuenta lo que los propios alumnos crean (incluso más allá de los trabajos que realizamos en las diversas asignaturas), también lo es.
El mes pasado estuvimos en la Escuela Dioniosio Ortiz y, aunque a día de hoy seguimos sin noticia alguna, mostraron más entusiasmo y nos dijeron que posiblemente en octubre, habría sitio para nosotros.
Os mantedremos informados.
Escrito por N. Castro